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Fobias y Miedos

La fobia es una sensación de miedo  intenso  ante situaciones o frente a objetos más o menos específicos que no son en sí mismos peligrosos pero que la persona los ve como tal. Como consecuencia la persona reacciona con ansiedad y evitación de las situaciones o los objetos o los afronta con un temor excesivo que puede llegar al ataque de pánico.

Tipos de fobias

Fobias Específicas

Es un temor persistente excesivo e irracional desencadenado ante la presencia o la anticipación de un objeto o situación específicos que provoca en la persona  una reacción inmediata de ansiedad y aunque  reconoce que ese miedo es excesivo e irracional trata de evitar la situación fóbica o la soportan a costa de una  ansiedad muy intensa o malestar que interfieren en su vida normal, laboral o social o le provocan un gran malestar.

Las fobias pueden ser específicas: animal, ambiental, sangre-inyecciones-daño, situacional (túneles, ascensores, aviones, etc) e inespecíficas (al atragantamiento, ruidos altos, por ejemplo)

Fobia social

En este tipo de fobia existe un temor excesivo ante situaciones sociales o actuaciones en público en las que la persona se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás. Teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que sean humillantes o embarazosos. La exposición a situaciones sociales temidas provoca una respuesta inmediata de ansiedad que pueden manifestarse en crisis de angustia. La persona reconoce que ese miedo es excesivo e irracional, pero no puede dejar de experimentarlo. Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o se experimentan con mucha ansiedad o malestar.

Se diferencias varias formas de fobia social, las que se dan en situaciones específicas como comer delante de otros, relacionarse con el sexo opuesto, hablar en público, etc y las generalizadas, que se dan en todas las situaciones sociales ajenas al ámbito familiar.

Agorafobia

Esta fobia se caracteriza por la aparición de ansiedad en lugares donde escapar puede resultar difícil, o donde, en caso de aparecer un ataque de pánico puede no disponerse de ayuda. Estas situaciones se evitan, se resisten a costa de ansiedad o malestar muy intenso por temor a que aparezca un ataque de pánico o síntomas similares, o se hace imprescindible la presencia de un conocido para soportarlas.

Situaciones agorafóbicas más comunes:

  • Estar solo fuera de casa.
  • Estar en lugares concurridos.
  • Estar especialmente en teatros, restaurantes, centros comerciales e iglesias.
  • Espacios cerrados (túneles, ascensores)
  • Viajar en transportes públicos.
  • Conducir en autopistas.
  • Estar en un puente.
  • Hacer cola (en el cine, supermercado)
  • Estar sentado en el médico, peluquería, etc.

La agorafobia puede darse con o sin la presencia de un ataque de pánico:

  • Agorafobia sin ataque de pánico: Las situaciones de evitación son las mismas que pueden producir los ataques pero sin la presencia de éstos.
  • Agorafobia con ataque de pánico: ansiedad ante la posibilidad de padecer un ataque de pánico lo que hace que la persona tienda a evitar situaciones que vincula a la posible repetición de un ataque.

¿Qué es un ataque de pánico?

El ataque de pánico es un miedo intenso en el que aparecen algunos de los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones o aceleración del ritmo cardíaco.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas musculares.
  • Sensación de dificultad en la respiración o ahogo.
  • Sensación de asfixia.
  • Dolor o molestias en el pecho.
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sensación de vértigo, inestabilidad, mareo o pérdida de conciencia.
  • Sensación de extrañeza.
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Sensación de adormecimiento o cosquilleo.
  • Ráfagas de frío o calor.

No en todas las personas que los padecen se dan los mismos síntomas.

Tratamiento psicológico de las fobias y miedos

En la psicoterapia se le enseña a la persona a entender en qué consiste su problema, cómo se originó y cuáles son los factores que hacen que siga sufriéndolo, se le ayuda a cambiar los pensamientos que la activan y  se diseña un plan de acción adaptado a cada problema y a cada persona con sus particularidades, utilizando las técnicas y herramientas más adecuadas.

Una vez conseguido un cambio importante en la persona y en su vida la última etapa del tratamiento estaría destinada a asentar e instalar los logros y reducir la probabilidad de recaídas.

Estaremos encantados de atenderle en nuestra Clínica de Psicología en Santiago de Compostela, bajo cita previa.